Bendito es el sitio, y la casa, y el lugar, y la ciudad, y el corazón, y la montaña, y el refugio, y la cueva, y el valle, y la tierra, y el mar, y la isla, y la pradera, donde se ha hecho mención de Dios y se ha glorificado Su alabanza.

Bahá’u’lláh

طُوبَى لِمَحَلٍّ وَلِبَيْتٍ وَلِمَقَامٍ وَلِمَدِينَةٍ وَلِقَلْبٍ وَلِجَبَلٍ وَلِكَهْفٍ وَلِغَارٍ وَلِأَوْدِيَةٍ وَلِبَرٍّ وَلِبَحْرٍ وَلِجَزِيرَةٍ وَلِدَسْكِرَةٍ اِرْتَفَعَ فِيهَا ذِكْرُ اللهِ وَثَنَائُهُ

حضرت بهاءالله




« Bendito es el sitio » es un pasaje de una Tabla de Baháʼuʼlláh dirigida a uno de Sus diecinueve Apóstoles, Mírzá ʻAlí-Muḥammad, más conocido como Ibn-i-Aṣdaq. Este icónico extracto, traducido por primera vez por Shoghi Effendi en “El advenimiento de la Justicia Divina”, sirve como un importante recordatorio para nosotros de que, dondequiera que estemos, ese lugar será bendecido si mencionamos a Dios y glorificamos Su alabanza allí.

En el texto original árabe, el sonido “in” que se oye al final de cada sustantivo es una marca vocal corta llamada “kasratain”. En este contexto, esta marca indica que el sustantivo es indefinido. De modo que, en lugar de referirse a un mar, tierra o isla específicos, Baháʼuʼlláh dice que cualquier mar, tierra o isla donde se mencione a Dios y se glorifique su alabanza será bendecido.

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